Todo comenzó desde un día antes de la rodada, el sábado en la noche, estaba viendo como nos íbamos a ir, con las ganas que teníamos de ir Julio y yo a la rodada, más no teníamos en que irnos hasta el punto de encuentro, pero a Julio se le ocurrió de irnos en el tren, ya que es el único día que te dejan subir las bicis a los vagones.
Cuando llegamos a la estación Sur del Tren Ligero, llegamos faltando 10 a las 7, y le dije a la señora de seguridad que si podíamos pasar con las bicis pero ella nos dijo que sí, sólo que el horario de ingreso para las bicis era hasta las 7:00 am, nos tuvimos que esperar hasta que se hicieran la hora, con el temor de no alcanzar a llegar a tiempo al punto de encuentro.
Cuando llegamos a la estación del parque del Refugio, salimos de prisa con el temor de que ya no estuvieran, pero cuando ya casi terminamos de subir los escalones, vimos que estaban arrancado del lugar; rápidamente Julio y yo nos subimos a nuestras bicicletas y los alcanzamos en el primer semáforo.
Ya estando con todo el grupo, pude saludar a todos mis compañeros, especialmente a don Paco, el guía de la rodada y uno de los mejores amigos.
Llegando casi a la Primavera, pasó un carro con algo de prisa y nos tocó el claxon, no vi quien era, pero cuando llegamos a Postes vi que el que nos tocó el claxon fue don Víctor, acompañado de mi comadre Rosario.
Cuando nos dieron las últimas indicaciones de la rodada, empezamos a subir por el 8¹/², cuando por fin llegamos al Kínder, que era la meta, disfrutamos de una gran vista y sobre todo el estar con grandes amigos.
Realizamos un pequeño descanso, estaban con nosotros otros ciclistas que se estaban aventando desde lo más alto, así que nos emocionamos y Julio se quiso aventar, todos estábamos muy sorprendidos porque se iba aventar, a lo lógico todos me echaron la culpa porque yo lo obligué, pero no fue así, ya que cuando estaba subiendo, me asusté porque no lo vi y le estaba gritando para que se bajara, pero no me hizo caso, de repente todos sacaron sus cámaras y se acercaron para grabar su caída, todos le estábamos echando porras, pero al final no se pudo aventar porque estaba muy deslavada la bajada, pero aún así lo felicitamos.
Ya después de un rato tomamos fuerzas para el regreso.
Cuando todo fue paz, escogieron A LA PERSONA QUE IBA A HACER LA CRÓNICA, NO ERA YO, ERA OTRA PERSONA, dije entre mí, “ya me salvé”, porque don Paco me miró con ojos de: “tú la vas hacer", todos empezamos a rodar positivamente.
Ya terminado la Hermosísima, nos avisaron que a mi comadre se le había ponchado una llanta y que don Paco ya casi llegaba a nosotros, algunos se fueron y nosotros decidimos esperar.
Después de esperar llegaron y avanzamos otra vez, llegamos a la entrada de Vaca Muerta y otra vez esperamos a los demás, Julio fue alcázar a don Víctor porque no sabíamos si venía, por mientras. Empezamos Vaca Muerta, donde hubo una que otra caída, tanto como mía como de Chuy.
Según Chuy me iba a grabar y así fue, ya terminando la Vaca, le seguimos dando hasta 8½, esperamos a los demás, ya que Cámara nunca deja a nadie atrás, y ya empezamos a bajar hasta la caseta, ya de ahí algunos nos despedimos porque ya se había acabado nuestro permiso de rodar y los demás seguirían hasta el punto de partida.
Llegando a casa, sientes una felicidad y una tranquilidad porque pasaste un rato agradable con personas que aprecias y te la pasas super bien.
Posdata: recibí el gran mensaje de que tenía que hacer la crónica yo.
Sofía García
Cámar
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